Un
pastor visitaba a una anciana que era miembro de su congregación. Dicha anciana había estado inválida durante
mucho tiempo.
-Lamento
mucho haber llegado a esta hora –le dijo--; pero he tenido que recorrer todo el
pueblo antes de venir.
-Yo
también, señor pastor, acabo de recorrer todo el pueblo.
-¿Cómo
es posible? Usted no puede moverse de la cama.
-¡Ah!
–contestó la viejecita--; mi alma no está atada a la cama, y así todos los días
recorro el pueblo con mis oraciones, sin moverme de aquí.
La
oración es el trabajo del creyente.
Algunos
tipos de oración que debemos hacer son:
1.
Orar
a Dios por todos lo que no conocen a Cristo: 1Timoteo 2:3-5
Esta clase de oración es buena y le
agrada a Dios, nuestro Salvador; pues él quiere que todos se salven y sepan
que: Sólo hay un Dios, y sólo hay uno que puede ponernos en paz con Dios: el
hombre Jesucristo.
2.
Orar
con gozo por los que anuncian el evangelio: Fil 1:3-5
“Siempre doy gracias a mi Dios, al
acordarme de ustedes; y cuando oro, siempre pido con alegría por todos, porque
me ayudaron a anunciar la buena noticia desde el primer día que la oyeron hasta
ahora”.
3.
Oración
constante: 1Tes 5:17
“Oren en todo momento”.
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