Pr.
Cristian Jara
Introducción.
Con
esta introducción pretendo demostrar en manera bíblica y sencilla
que la Iglesia de Cristo ha luchado siempre con el sincretismo
religioso. Hoy más que nunca debemos identificar cuáles son
aquellas “doctrinas de hombres” que menosprecian la obra de
Cristo.
El
sincretismo consiste en “ser un sistema filosófico que trata de
conciliar doctrinas diferentes”. Aplicado al contexto religioso, no
es más que la intención de reconciliar en una religión prácticas
de otras religiones.
La
Biblia narra tanto en el Antiguo y el Nuevo Testamento situaciones
que buscaban reunir prácticas paganas con las prácticas bíblicas.
En
el Antiguo Testamento encontramos advertencias para el pueblo de
Israel contra las costumbres de los pueblos de la región de Canaán:
»Cuando entres en la tierra que te da el SEÑOR tu Dios, no
imites las costumbres abominables de esas naciones. Nadie entre los
tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego; ni practicar
adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de
médium espiritista o consultar a los muertos. Cualquiera que
practique estas costumbres se hará abominable al SEÑOR, y por causa
de ellas el SEÑOR tu Dios expulsará de tu presencia a esas
naciones. A los ojos del SEÑOR tu Dios serás irreprensible”1
También
el el Nuevo Testamento, encontramos varios casos, pero mencionaré lo que ocurrió en Corinto: “Es
ya del dominio público que hay entre ustedes un caso de inmoralidad
sexual que ni siquiera entre los paganos se tolera, a saber, que uno
de ustedes tiene por mujer a la esposa de su padre. ¡Y de esto se
sienten orgullosos! ¿No debieran, más bien, haber lamentado lo
sucedido y expulsado de entre ustedes al que hizo tal cosa?”2
El Comentario Siglo XXI señala:
“Pablo
está tratando de lo que era para él un problema frecuente. En
cuestiones sexuales, los paganos no conocían el sentido de la
castidad. Se refocilaban donde y cuando se les ofrecía la
oportunidad. Le era muy difícil a la Iglesia Cristiana el escapar
del contagio. Era como una islita rodeada por todas parte del mar del
paganismo. Hacía
muy poco que habían entrado en el Cristianismo. ¡Era tan difícil
desaprender las prácticas ancestrales en las que habían
participado!(subrayado
agregado)
Y, sin embargo, si la Iglesia había de mantenerse pura, tenían que
decir adiós definitivamente a las viejas cosas paganas”
Las
costumbres paganas eran tan fuertes, que la indolencia ante este
pecado fue tan grande, que hasta sorprendería a los mismos paganos.
Pero no sólo es contra este tipo de conductas que debía luchar la
Iglesia Primitiva, sino también contra aquellas doctrinas que
volvían a esclavizar a los cristianos en cuanto a la Ley Mosaica:
“No es que haya otro evangelio, sino que ciertos
individuos están sembrando confusión entre ustedes y quieren
tergiversar el evangelio de Cristo. Pero aun si alguno de nosotros o
un ángel del cielo les predicara un evangelio distinto del que les
hemos predicado, ¡que caiga bajo maldición! Como ya lo hemos dicho,
ahora lo repito: si alguien les anda predicando un evangelio distinto
del que recibieron, ¡que caiga bajo maldición! ¿Qué busco con
esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que
procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería
siervo de Cristo”3
Habían
personas que decían ser cristianas, pero que enseñaban que al
evangelio debía añadirse algunas prácticas de la Ley Mosaica, para
complementar su fe. A causa de esta situación dos apóstoles se
confrontaron. Este
pasaje nos informa sobre confrontación que hubo entre Pedro y Pablo
por cuestiones de sincretismo religioso: judaizar el evangelio. “Pues
bien, cuando Pedro fue a Antioquía, le eché en cara su
comportamiento condenable. Antes que llegaran algunos de parte de
Jacobo, Pedro solía comer con los gentiles. Pero cuando aquéllos
llegaron, comenzó a retraerse y a separarse de los gentiles por
temor a los partidarios de la circuncisión. Entonces los demás
judíos se unieron a Pedro en su hipocresía, y hasta el mismo
Bernabé se dejó arrastrar por esa conducta hipócrita. Cuando vi
que no actuaban rectamente, como corresponde a la integridad del
evangelio, le dije a Pedro delante de todos: «Si tú, que eres
judío, vives como si no lo fueras, ¿por qué obligas a los gentiles
a practicar el judaísmo?4”
Este
versículo provee una verdad sobre las practicas de otras religiones
en el cristianismo:“No desecho la gracia de Dios.
Si la justicia se obtuviera mediante la ley, Cristo habría muerto en
vano.5”
El volver a añadir ciertos
requisitos o prácticas que no están en la Escritura, menosprecia la
obra de Cristo.
La
realidad de la iglesia posmoderna
El pensamiento
postmoderno se caracteriza por su apertura a todo tipo de creencia e
idea sin el filtro de la razonamiento, por lo tanto no tolera ningún
valor o verdad que quiera definirse como absoluto. Propugna el
concepto de una verdad subjetiva, ya que niega la existencia de una
verdad única e inmutable. René X. Pereira escribe: Y
eso es lo que este movimiento resulta ser: una reacción opuesta a
una forma de pensamiento mayormente racionalista y empírica que ha
dominado al mundo por muchos siglos.
La
iglesia, al estar conformada por personas que conviven en el ambiente
postmoderno, no es inmune a la influencia que tiene este pensamiento
sobre la manera en que cada individuo ve todo lo que le rodea. De
esta manera, las grandes verdades del cristianismo hoy son puestas en
duda y muchas veces cambiadas por intereses individualistas y
hedonistas, rebajando así el mensaje bíblico a un espectáculo
dirigido a personas que buscan satisfacer sus propias necesidades.
Entonces
podemos encontrar personas que con un pensamiento subjetivo y
relativo en cuanto a moral, política, arte, religión,
construcciones sociales, y más. En el pensamiento posmoderno la
verdad objetiva es inalcanzable por lo tanto la verdad es relativa...
“todo depende”.
Esto
crea una fe débil y vulnerable dentro de la Iglesia. Todo es
relativo, no hay una verdad absoluta. Este es el mejor caldo de
cultivo para que todas las filosofías y practicas del mundo que van
en contra de la Escritura, encuentren su espacio en la fe evangélica.
El posmodernismo es la puerta abierta para un sincretismo religioso
que busca sólo el bienestar de las personas, una fe cómoda, sin
remordimientos de conciencia y sin sacrificios. Nada ha estado más
alejado de la cruz que Cristo nos anima a tomar.
¿Como
luchar contra el sincretismo religioso?
Primero,
debemos establecer como parámetro que lo que se encuentra en la
Escritura es la verdad. 6
La palabra de Dios que se contiene en las Escrituras del Antiguo y
del Nuevo Testamento, es la única regla que ha dado Dios para
enseñarnos cómo hemos de glorificarle y gozar de él . 7
Lo que principalmente enseñan las Escrituras es lo que el hombre ha
de creer respecto a Dios y los deberes que Dios impone al hombre.8
Segundo,
debemos estar preparados para dar defensa de nuestra fe9
y crecer en el conocimiento y la gracia de nuestro Señor Jesucristo
para no dejarnos arrastrar por lo errores de este mundo y así estar
firmes10
contra las asechanzas de engañador de este siglo11
¿Cuáles
son los peligros a los que está expuesta la Iglesia?
La
Iglesia de Cristo está expuesta a muchos errores en este tiempo,
pero mencionaré algunos de estos peligros: La teoría de la
evolución y su conflicto con Génesis y su influencia filosófica,
el Feminismo y su influencia en la iglesia, la Sicología con su
paradigmas humanistas centrados en el “yo”, el Ecumenismo y su
intento por una religión común, el Hedonismo y su filosofía
centrada en el placer, las practicas religiosas no bíblicas que hoy
se observan en los cultos evangélicos. Cada una de estas
problemáticas las trataremos a la luz de la Escrituras, porque sólo
Dios es veraz12.
Referencias.
1
Deuteronomio 18:9-13
NVI (cursiva añadida)
2
1 Corintios 5:1-2 NVI (cursiva añadida)
3
Gálatas 1:7-10 NVI (cursiva añadida)
4
Gálatas 2:11-15 NVI (cursiva añadida)
5
Gálatas 2:21. NVI (cursiva añadida)
6
Juan 17:17 NVI
(cursiva añadida)
7
Catecismo Menor de Westminster. Preg. no. 2
8
Catecismo Menor de Westminster. Preg. no. 3
9
1 Pedro 3:15
10
2 Pedro 3:17-18
11
1 Juan 2:26; 4:6
12
Romanos 3:4; Números 23:19
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