C.
Cuando conocemos a Dios, cambiamos: Santiago 1:22
Esta
es la fe práctica, algo que menciona Santigo. Algunos dicen creer en
Dios, pero sus hechos demuestran lo contrario. Dicen ser creyentes
pero en en la práctica son ateos. Es por esto que el verdadero
conocimiento de Dios debe tranformar todas las áreas de nuestra
vida. Conocer a Dios influye en:
- Como oramos. Santiago 4:3; Juan 15:7
(Stg
4:3 [RV1960])
Pedís,
y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
Si
nuestra oraciones son solo para satisfacer los deseos que están en
nuestra carne (), no esperemos tener una respuesta positiva de Dios.
(Jn
15:7 [RV1960])
Si
permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid
todo lo que queréis, y os será hecho.
La
manera correcta de orar es teniendo en cuenta todo lo que la Palabra
nos enseña. Esa enseñanza nos guía para pedir de acuerdo a la
voluntad de Dios. Si así pedimos, en el nombre del Hijo, la
respuesta llegará.
- Cuanto oramos. Lucas 18:1-8
(Lc
18:1 [RV1960])
También
les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre,
y no desmayar,
Insistir
en nuestras oraciones hasta obtener respuesta no significa una
repetición sin fin, ni estar en reuniones de oración prolongadas y
tediosas. La oración perseverante implica ser constantes en nuestras
peticiones delante de Dios, como si viviéramos por El de día en
día, con la certeza de que responderá. Cuando vivimos por fe, no
debemos rendirnos. Dios puede demorar su respuesta, pero siempre
tendrá buenas razones y no debemos confundirlas con negligencia de
su parte. Al persistir en la oración, crecemos en carácter, fe y
esperanza.
- Como pensamos. Filipenses 4:8
(Fil
4:8 [RV1960])
Por
lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo
lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen
nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto
pensad.
Lo
que dejamos entrar en nuestras mentes determina lo que expresamos con
las palabras y acciones. Pablo nos dice que llenemos nuestras mentes
con pensamientos verdaderos, honesto, justos, puros, amables, de buen
nombre, virtud, dignidad y alabanza. ¿Tienes problemas con
pensamientos y sueños impuros ? Examina lo que estas dejando entrar
en tu mente a través de la televisión, los libros, la conversación,
las películas y las revistas. Cambia los materiales dañinos por
materiales útiles. Sobre todo, lea la Palabra de Dios y ore. Pedíle
al Seños que te ayude a concentrarte en lo que es bueno y puro.
Requiere práctica, pero se puede lograr.
- Como hablamos. Santiago 3:10; Mateo 12:36
(Stg
3:10 [RV1960])
De
una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto
no debe ser así.
A
menudo nos desconcierta nuestro lenguaje contradictorio. A veces es
correcto y agrada a Dios pero en otras ocasiones es violento y
destructivo. ¿Cuál de estos refleja nuestra verdadera identidad? La
lengua nos da una idea de nuestra naturaleza humana. Fuimos hechos a
la imagen de Dios, pero también hemos caído en el pecado. Dios está
interesado en cambiarnos de adentro hacia afuera. Cuando el Espíritu
Santo purifica un corazón también da dominio propio de modo que la
persona pueda decir las palabras que agradan a Dios.
(Mat
12:36 [RV1960]
Mas
yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella
darán cuenta en el día del juicio.
Jesús
nos recuerda que lo que decimos revela lo que hay en nuestro corazón.
¿Qué tipo de palabras salen de nuestra boca? Estas son una
indicación de lo que nuestro corazón alberga. Uno no puede
solucionar el problema del corazón cambiando de vocabulario. Tiene
que permitirle al Espíritu Santo que lo llene con actitudes y
motivos nuevos; luego su vocabulario se limpiará desde adentro.
- Como hacemos las cosas. Colosenses 3:23-24; Santiago 4:17
(Col
3:23-24 [RV1960])
Y
todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no
para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa
de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
Desde
la creación, Dios nos ha dado trabajo para hacer. Si pudiéramos
considerar nuestro trabajo como un acto de alabanza o servicio a
Dios, entonces eliminaríamos la sensación de aburrimiento que a
veces sentimos en nuestra rutina diaria. Si pudiéramos tratar
nuestros problemas laborales como el costo del discipulado, podríamos
trabajar sin queja ni resentimiento.
- Como tratamos a nuestro prójimo. Levítico 19:18 Amarlos como a nosotros mismos.
- Familia. Colosenses 3:18-20
(Col
3:18 -20 RV1960])
Casadas,
estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Maridos,
amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Hijos,
obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.
Pablo
describe dos relaciones en la familia: (1) esposos y esposas, (2)
padres e hijos.
En
cada caso hay responsabilidad mutua para someterse y amar, para
obedecer y estimular, para trabajar arduamente y ser justo.
3.19
El matrimonio cristiano involucra sumisión mutua, subordinar
nuestros deseos personales al bien del ser amado y someternos
nosotros mismos a Cristo como Señor.
Los
hijos deben ser tratados con cuidado. Ellos necesitan disciplina
firme administrada en amor. No los aparte mediante plageos, burlas o
destrucción de su autoestima a tal punto que se desalienten.
- Amistades. Efesios 4:29
(Ef
4:29 [RV1960])
Ninguna
palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para
la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
Podemos
contristar al Espíritu Santo por la forma en que vivimos. Pablo nos
amonesta en contra del lenguaje vulgar, sin sentido, uso inapropiado
del lenguaje, amargura, palabras torpes y actitudes impropias contra
otros. En cambio, debiéramos perdonar, así como Dios lo hizo con
nosotros. Eres
un ejemplo de buen uso de la palabra entre tus amigos?
- Compañeros de trabajo. Colosenses 3:22
(Col
3:22 [RV1960])
Siervos,
obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo,
como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón
sincero, temiendo a Dios.
A
los siervos se les dice que deben trabajar duro como si su amo fuera
Cristo mismo (3.22-25); pero los amos deben de ser justos y rectos.
Examina
la relación que existe en tu familia, tus amistades y en tu trabajo.
¿Te estás relacionando con los demás así como Dios te ha dado a
conocer?
- Como administramos
- Dinero. Mateo 6:24
(Mat
6:24 [RV1960])
Ninguno
puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al
otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir
a Dios y a las riquezas.
Jesús dice que podemos
servir solo a un señor. Vivimos en una sociedad materialista donde
muchas personas sirven al dinero. Emplean sus vidas en ganar y
atesorar, solo para morir y tener que dejarlo todo. Su anhelo de
tener dinero y lo que pueden adquirir con él llega a tener mayor
preponderancia que su entrega a Dios y que los asuntos espirituales.
Lo que atesores te absorberá tiempo y energías, haciendote pensar
sólo en eso. No caigas en la trampa del materialismo porque "el
amor al dinero es la raíz de todos los males" (1Ti_6:10).
¿Podrías asegurar, con toda sinceridad, que Dios es tu Señor y no
el dinero? Una manera de examinarnos es preguntándonos qué ocupa
mayormente mis pensamientos, tiempo y esfuerzos.
- Tiempo. (puntualidad, responsabilidad)
- Estás convencido realmente de que Dios existe?
- Quién es el centro de tu vida? Tú o Dios?
- Vives en una constante búsqueda de Dios?
- Cuánto tiempo dedicas al estudio de la Biblia?
- Qué áreas han cambiado en tu vida?
- Qué áreas deben cambiar para agradar al Señor?
- Cómo esta la familia, el trabajo, las amistades?
- Cómo estas administrando tu bienes y tu tiempo?
Una
característica del cristiano que conoce a Dios es su correcta
administración del tiempo.
La
puntualidad es una señal de excelencia en nuestras vidas.
Lastimosamente en nuestro país estamos acostumbrados a todo lo
contrario.
Cuando
fue la última vez que llegaste a tiempo a tu trabajo?
Cuando
fue la última vez que llegaste a tiempo a la iglesia?
Demostramos
nuestro amor al projimo cuando somos puntuales en nuestros
compromisos, ya que le demostramos que su tiempo es valioso para
nosotros.
Demostramos
nuestro amor a Dios cumpliendo con reverencia hasta el último
detalle de nuestro compromiso con Él, eso incluye la hora que
llegamos a los cultos.
D.
Reflexión
Conocer
a Dios nos hace mejores personas. Predicamos no sólo con las
palabra, sino el ejemplo.
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