lunes, 29 de octubre de 2012

Ocho áreas del legado de Calvino para los cristianos de hoy


Documento final de la Consulta Internacional realizada en Ginebra del 15 al 19 de abril de 2007.
En 2009 se conmemorarán los 500 años del nacimiento de Juan Calvino. En Ginebra y alrededor del mundo la celebración de este aniversario ofrecerá la oportunidad de reflexionar sobre su legado y descubrir su relevancia para los acuciantes asuntos actuales. Para comenzar con este proceso de reflexión, 50 teólogos/as de diferentes continentes y países se reunieron del 15 al 19 de abril en Ginebra convocados por el Centro Reformado Internacional John Knox, la Federación de Iglesias Protestantes Suizas, la Alianza Reformada Mundial y la Facultad Teológica de Ginebra. La siguiente declaración es un resumen de sus conclusiones.
¿Quién fue Calvino y cuál es el significado de su legado para hoy? Estas preguntas de permanente importancia son especialmente urgentes ante el aniversario de Calvino en 2009. Para las iglesias reformadas, Calvino es una continua fuente de inspiración y ellas ven más allá de la celebración con un sentido de profunda gratitud y una oportunidad para su propio compromiso y renovación. Les gustaría también compartir el verdadero legado de Calvino con los cristianos de otras tradiciones y con la sociedad en general. Al mismo tiempo, están conscientes de que la imagen de Calvino es controversial y que aún hoy con frecuencia es presentada desde una perspectiva negativa. Como ningún otro reformador del siglo XVI, ha llegado a ser víctima de clichés. Cuatro estereotipos surgen invariablemente al mencionarse su nombre:

* su odioso concepto de la doble predestinación: Dios elige a algunos seres humanos para salvación y a otros para condenación;

* la austeridad moral que impuso al pueblo de Ginebra;
* su participación en la muerte de Miguel Servet;
* su papel en el desarrollo histórico de la modernidad, especialmente en el surgimiento del capitalismo moderno. Para algunos es uno de los padres de la modernidad, y para otros contribuyó a la emergencia de una espiritualidad orientada hacia la prosperidad.

Aunque estas percepciones de Calvino son aceptadas ampliamente por muchos, representan una reducción y, de hecho, una distorsión de la realidad histórica. Mas aún, conducen a una actitud prejuiciada que obstruya el acceso al verdadero significado del reformador. La consulta llegó a la conclusión de debe llevarse a cabo un esfuerzo interpretativo fresco. Por lo tanto, invitamos a teólogos e intelectuales de otras disciplinas, así como a todo el pueblo de Dios, a revisar nuevamente la herencia del gran reformador. Estamos convencidos de que contiene insumos y perspectivas que siguen siendo relevantes. Un estudio más detenido de sus escritos, no sólo de la Institución sino también de sus tratados breves, sermones y comentarios, revelará riquezas insospechadas. Calvino pertenece a la segunda generación del movimiento reformador. A través de su enseñanza y su vida contribuyó decisivamente a la consolidación de la Reforma. La amplitud y coherencia de su pensamiento hizo posible el establecimiento de las iglesias reformadas. En el jubileo de la Reforma Protestante en 2017 su nombre deberá ser reconocido, pues sin él la Reforma habría tomado un curso muy diferente. El esfuerzo por ir más allá de los estereotipos establecidos debe guiarse, en nuestra opinión, por los siguientes principios:

* El punto de partida para cualquier interpretación válida debe ser el ímpetu fundamental de la vida de Calvino. ¿Cuál fue, en última instancia, la fuerza motriz de su teología y vida? Algunos aspectos particulares y problemáticos de su enseñanza, como por ejemplo, su doctrina de la predestinación, deben ser vistos e interpretados en el marco de sus intenciones primarias por comprender a Dios, la creación, la salvación humana y el cumplimiento de todas las cosas.
* Con frecuencia, Calvino es entendido como el responsable, positiva o negativamente, de eventos históricos de siglos posteriores. Para algunos, él abrió la puerta del mundo moderno, especialmente del capitalismo, mientras que para otros, es el responsable del moralismo biblicista tan estrecho que caracteriza a algunas iglesias protestantes. Para lograr una imagen auténtica de Calvino, es necesario dejarse guiar por sus intenciones y expresiones propias.
* Calvino vivió una situación muy particular al ser atacado por enemigos en Ginebra, de los cuales también se defendió. Él tuvo que defender su percepción del Evangelio en momentos difíciles. Calvino no fue simplemente un escritor teológico implicado –contra su inclinación personal y deseo- en las luchas de su época. Entender esto resulta esencial para interpretar a Calvino en su propio contexto. Muchas investigaciones recientes se han centrado en algunos aspectos particulares de su vida, por lo que es posible una comprensión más serena.

Calvino no fue un santo y cualquier intento por llevar a cabo un retrato idealizado está condenado a fracasar. Reconocemos que su respuesta a los conflictos en Ginebra pudo ser áspera y que su papel en la ejecución de Servet fue, asimismo, más que dudosa. Aun contra el patrón de sus propias convicciones, falló en momentos decisivos. Su uso del lenguaje contra los adversarios teológicos hace muy difícil la lectura de algunos de sus escritos. Como reflejo de la relevancia de su herencia, asumimos que ciertos aspectos de su enseñanza no son pertinentes ya y no pueden mantenerse. Pero, desde nuestro punto de vista, Calvino permanece como un testigo sobresaliente del mensaje cristiano y demanda ser escuchado cuidadosamente en la actualidad.
A continuación mencionamos ocho áreas que consideramos de particular interés en la actualidad y que pueden ayudar a acceder con mayor frescura al legado de Calvino.

1. El compromiso de Calvino para la proclamación de la gloria de Dios. Calvino creía que Dios, el soberano creador de todo, lleno de gracia, desea entrar en una relación íntima con nosotros los seres humanos. Este Dios busca deleitarnos al acomodarse a las condiciones de nuestra existencia como criaturas con el fin de conocer y ser conocido. En la crudeza del pesebre, la severidad de la cruz y las limitaciones de las palabras bíblicas, Dios nos encuentra y nos habla mediante el poder del Espíritu Santo. La gloria de Dios, quien escoge manifestarse a sí mismo de esta manera, se refleja en la gloria de la existencia humana e intenta establecer el Evangelio en todas las áreas de la vida. Calvino escribe: “¿Qué diremos, pues? Sin duda alguna, que el hombre no es más que vanidad, que se encuentra reducido a nada, que no es otra cosa sino nada. Mas, ¿cómo es que el hombre no es absolutamente nada, si Dios tanto se preocupa de él? ¿Cómo puede ser nada aquel en quien Dios tiene puesto su corazón? Cobremos ánimo, hermanos míos. Aunque no somos nada en nuestros corazones, puede ser que en el corazón de Dios esté oculta alguna cosa nuestra. ¡Oh Padre de misericordia! ¡Oh Padre de los miserables! ¿Cómo pones tu corazón en nosotros? Porque tu corazón está donde está tu tesoro”. (IRC, III.ii.25).

2. La determinación de Calvino por colocar a Jesucristo en el centro de todo nuestro pensamiento y vida. Al honrar el nombre de Cristo, quien se hizo carne de nuestra carne, la gloria y gracia de Dios son probadas en medio de nosotros. “Si nos separamos siquiera una pulgada de Cristo, la salvación fracasa… adonde resuena el nombre de Cristo, todo se vuelve antiguo“ (IRC, II.xvi.1). La iglesia depende completamente de la presencia del Cristo viviente a través del poder del Espíritu de Dios. Así es como sucede la comunión de los “amadores de Cristo” (amateurs du Christ, Prefacio a la traducción de la Biblia de Olivetan). No recae en la tradición ni en la fortaleza de las estructuras existentes. La crítica que Calvino aplica a la Iglesia de su época se basó en esta firme convicción.

3. El énfasis de Calvino en la obra del Espíritu Santo en la creación y la salvación. La acción de Dios es universal y abarca todas las cosas. Para Calvino, expresa el orden divino sobre todas las criaturas, humanas y no humanas. Nada está más allá de la sabiduría y el cuidado paterno de Dios. El Espíritu es la fuerza que otorga la vida, sosteniendo todas las cosas en su ser. Este mismo Espíritu santo nos une a Cristo, inspirándonos en nuestra comprensión de la Palabra de Dios, iluminando y santificándonos en la fe, y acercándonos en la comunión con la iglesia. Calvino siempre habla acerca de la iglesia, con su ministerio de la Palabra y el sacramento, como la comunidad de creyentes en medio de la cual nace la fe, y es provista y fortalecida mediante la acción del Espíritu Santo. Como miembros de su cuerpo vivimos en la esperanza de renovar nuestras vidas y el mundo entero.

4. El compromiso de Calvino con las Escrituras. Para Calvino, la Biblia está en el corazón de la vida de la iglesia, para ser leída y estudiada siempre por cada miembro del pueblo de Dios. Está allí para ser enseñada dentro de la iglesia, a la cual él describe frecuentemente como “madre” y “escuela” de nuestra fe. “Nuestra debilidad no nos permite ser excluidos de su escuela pues seremos discípulos durante toda nuestra vida” (IRC, IV.i.,14). La cuidadosa atención que Calvino le presta al contenido y la unidad del Antiguo y el Nuevo Testamento, la centralidad del testimonio bíblico sobre Jesucristo, la necesidad de esforzarse para alcanzar el significado del texto con la ayuda del conocimiento científico e histórico de su época, así como el poder de la Palabra de Dios para hablar de manera fresca a cada generación siguen siendo ejemplares. Su exposición de la doctrina cristiana nunca se aparta de la interpretación de la Biblia, la cual, de hecho, siempre toma lugar en el contexto del trabajo cotidiano de la predicación, el cuidado pastoral y los aspectos cívicos.

5. La determinación de Calvino de que la voluntad de Dios deberá realizarse en todas las áreas de la vida. La preocupación de Calvino fue que la gloria de Dios sea celebrada y testificada en todos los niveles de la vida, que toda la creación canta alabanzas a Dios en maneras vibrantes y concretas, y que la belleza de Dios se manifestará en nuestros modelos de vida amplios y pequeños. Calvino afirma que la ley moral en la Escritura nos convence de nuestro pecado contra la voluntad de Dios y que sirve como una guía para glorificar a Dios en cada aspecto de nuestra vida cotidiana. La Ley es la forma en que el propósito de Dios para los fieles ofrece un espacio para el florecimiento humano que es alentado e inclusivo, además de ser obligatorio y formativo. Además, señala límites y ordena nuestra existencia como criaturas para que podamos deleitarnos en los excelentes dones de Dios y responder con gratitud gozosa.

6. La insistencia de Calvino en el don de Dios de la creación. La voluntad de Dios para el florecimiento de la creación es la medida constante del compromiso de la humanidad y la sociedad con el mundo creado en todo su misterio y profundidad. Los puntos centrales de esta visión son una afirmación fundamental de la igualdad humana y la celebración de las diferencias entre las personas. Incluyen una conciencia de la profunda interrelación de todos los aspectos de la creación, el llamado a los seres humanos a incorporar las relaciones justas y un compromiso duradero con la afirmación de la dignidad humana. En el corazón de esta visión se encuentra un compromiso de compasión con el amor, la justicia, el cuidado responsable y la hospitalidad hacia “las viudas, huérfanos y extranjeros”: los indefensos, desplazados, hambrientos, solitarios, silenciados, traicionados, sin poder, enfermos, destruidos en cuerpo y alma, y todos aquellos que sufren en nuestro mundo polarizado y globalizado. “Adonde Dios es conocido, también hay un cuidado por la humanidad” (Comentario a Jeremías, cap. 22.16). Calvino proclama que vemos a Cristo en todas las personas y que son levantados y juzgados por su presencia en ellos, y aun proclamados en nuestras palabras y acciones al considerar la integridad de la creación como “el teatro de la gloria de Dios”.

7. La insistencia de Calvino en que la iglesia es llamada a discernir, de manera creativa, su relación con los principados y poderes del mundo. En nuestro contexto global actual, coexisten formas variadas de Estado y nación, además de la abrumadora realidad del mercado global. Esto incluye la confesión de la implicación de la iglesia en la ruptura de la creación y el sufrimiento humano, así como deseo de predicar proféticamente y encarnar la buena voluntad de Dios para el mundo. Además, Calvino admite que la gloria de Dios puede ser proclamada y encarnada fuera de la iglesia y que la comunidad cristiana es llamada a comprometerse con sus vecinos globales de manera humilde y con una amplia visión. La iglesia comprende que la forma y el contenido de su compromiso variará de lugar en lugar y de época en época, de tan ricas y variadas como los fieles experimentan las realidades de la creación misma de Dios. No obstante, no puede responder sino obedientemente y con gratitud a la Palabra de Dios en el presente y, así, ser un testigo constructivo de Cristo.

8. El compromiso de Calvino con la unidad de la iglesia. Calvino experimentó el apasionado y consistente compromiso con la unidad del cuerpo de Cristo en la realidad de una iglesia ya fragmentada. En medio de la división, él reconoció al único Señor de la única Iglesia, subrayando repetidamente que el cuerpo de Cristo es uno, y que no se justifica en absoluto una iglesia dividida, además de que los cismas dentro de la iglesia son un escándalo. Nuestra situación actual se caracteriza también por la separación de las iglesias y divisiones amenazantes dentro de las mismas. En particular, las iglesias reformadas siguen teniendo divisiones internas y, al mismo tiempo, un compromiso ecuménico. Las ideas de Calvino acerca de la comunidad cristiana, su voluntad de mediar en temas controversiales como la Eucaristía, y sus esfuerzos interminables por construir puentes en cada nivel de la vida eclesiástica representan todavía un enorme reto. Calvino desafía a las iglesias a entender las causas de la continua separación y, de acuerdo con las Escrituras, hacer lo posible por la unidad visible mediante el compromiso con esfuerzos ecuménicos concretos, con vistas a lograr la credibilidad del Evangelio en el mundo y la fidelidad de la vida de la iglesia y su misión.

Participantes
Prof. Dr. Philip Benedict, Universidad de Ginebra, Suiza
Obispo Dr. Gustáv Bölcskei, Iglesia Reformada de Hungría
Rev. Thierry Bourgeois, Iglesia Evangélica Libre de Ginebra, Suiza
Prof. Dr. Coenraad Burger, Universidad de Stellenbosch, Sudáfrica
Prof. Dr. Eberhard Busch, Universidad de Göttingen, Alemania
Prof. Dr. Emidio Campi, Universidad de Zurich, Suiza
Rev. Prof. Leopoldo CervantesOrtiz, Iglesia Nacional Presbiteriana de México
Rev. Dr. Meehyun Chung, Misión 21, Suiza
Rev. Jean Arnold de Clermont, Federación Protestante de Francia
Dr. Wulfert de Greef, Iglesia Protestante de los Países Bajos (Holanda)
Prof. Dr. James de Jong, Colegio y Seminario Teológico Calvino, Estados Unidos
Prof. Dr. François Dermange, Universidad de Ginebra, Suiza
Dr. Edouard Dommen, Suiza
Prof. Dr. Eva Maria Faber, Theologische Hochschule Chur, Suiza
Prof. Dr. David Fergusso, Universidad de Edimburgo, Escocia
Rev. Serge Fornerod; Federation of Swiss Protestant Churches
Prof. Dr. Martin Friedrich, Comunidad de Iglesias Protestantes en Europa-Leuenberg
Dr. Pawel Gajewski, Iglesia Evangélica Valdense, Italia
Rev. Prof. Eduardo Galasso Faria, Seminario Teológico de São Paulo, Brazil-Iglesia Presbiteriana Independiente
Rev. Philipp Genequand, Iglesia Protestante de Ginebra, Suiza
Rev. Mag. Thomas Hennefeld, Iglesia Evangélica H.B., Austria
Rev. Dr. Martin Hirzel, Federación de Iglesias Protestantes Suizas
Prof. Dr. Serene Jones, Universidad de Yale, Estados Unidos
Prof. Dr. Tamás Juhász, Facultad de Teología Cluj, Rumania
Rev. Dr. Clifton Kirkpatrick, Alianza Reformada Mundial
Ms. Charlotte Kuffer, Iglesia Protestante de Ginebra, Suiza
Dr. Johannes Langhoff, Iglesia Evangélica H.B., Austria
Rev. Dr. JaeCheon Lee, Iglesia Presbiteriana, República de Corea
Prof. Christian Link, Universidad de Bochum, Alemania
Dr. Gottfried Locher, Instituto de Estudios Ecuménicos, University de Friburgo, Suiza
Dr. Odair Pedroso Mateus, Alianza Reformada Mundial
Dr. h.c. Gerrit Noltensmeier, Reformierter Bund Deutschland, Alemania
Dr. Peter Opitz, Universidad de Zürich, Instituto para el Estudio de la Reforma en Suiza
Prof. SeongWon Park; Colegio y Seminario Teológico Young Nam, Corea
Rev. Solveig Pret Almelid, Conferencia de Iglesias Protestantes Romandas, Suiza
Rev. Dr. Lazarus Purwanto, Concilio Ecuménico Reformado, Indonesia
Dr. Rinse H. Reeling Brouwer; Protestant Church in the Netherlands
Rev. Philippe Reymond, Iglesia Protestante de Ginebra, Suiza
Prof. Dr. Cynthia Rigby, Seminario Presbiteriano de Austin, Estados Unidos
Prof. Dr. Georges Sabra, Escuela de Teología del Cercano Oriente, Líbano
Prof. Dr. Herman J. Selderhuis, Universidad Teológica de Apeldoorn, Países Bajos (Holanda)
Rev. Dr. Joseph D. Small, Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos (PCUSA)
Prof. Dr. Dirk Smit, Facultad de Teología, Universidad de Stellenbosch, University, Sudáfrica
Profra. Dra. Nicola Stricker, Instituto Protestante de Teología, France
Prof. Dr. Lukas Vischer, Centro Reformado Internacional John Knox, Suiza
Dr. Vicco von Bülow, Iglesia Evangélica en Alemania
Prof. Dr. Robert Vosloo, Facultad de Teología, Universidad de Stellenbosch, Sudáfrica
Rev. Prof. Ambroise Aiming Wang; Seminario Teológico Unido de Nanjing, Iglesia Protestante China, Suiza
Rev. Thomas Wipf, Federación de Iglesias Protestantes Suizas
Rev. Prof. Germán Zijlstra; Alianza de Iglesias Presbiterianas y Reformadas de América Latina
Versión de L. Cervantes-Ortiz
 
 Fuente:

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