por
el Pr. Cristian Jara
De
todas las veces que Jesús se enfrentó a las fuerzas demoníacas el
relato del evangelio de Marcos nos brinda una riqueza teológica
considerable.
En
el capitulo 5 de este libro, encontramos este suceso en una forma más
detallada que en los demas evangelios sinópticos. Reflexionando
sobre su contenido podemos aprender más sobre nuestro Señor
Jesucristo.
v.1
“Vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos”
Debe
llamarnos la atención esta visita, ya que el ministerio de Jesús se
centraba principalmente en el pueblo judío. La región de los
gadarenos era habitada principalmente por gentiles. Cualquier judío
devoto evitaría ir a esta región, pero vemos que Jesús no es
cualquier judío. La justificación de su visita la encontramos en
Josue 14. Esta región corresponde a dos tribus y media: Ruben,
Manasés y Gad.
“Esto,
pues, es lo que los hijos de Israel tomaron por heredad en la tierra
de Canaán, lo cual les repartieron
el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun, y los cabezas de los padres
de las tribus de los hijos de Israel.
Por suerte se
les dio su heredad, como Jehová había mandado a Moisés que se
diera a las nueve tribus y a la media tribu.
Porque a las
dos tribus y a la media tribu les había dado Moisés heredad al otro
lado del Jordán; mas a los levitas no les dio heredad entre ellos.
Josue
14:2-3
De
esta manera nos damos cuenta de que nuestro Dios, nunca se olvida de
su pueblo. Aunque las personas de este mundo se olviden de nosotros y
no nos tengan en cuanta por ser diferentes, El Señor nunca se
apartará de nosotros. Jesús fue hasta esa región porque allí
tambien había pueblo suyo que debía ser rescatado. Así tambien
nosotros somos llamados a ir a lugares olvidados, a personas
olvidadas de nuestra sociedad a llevar las Buenas Noticias de Jesús,
y decirles a los perdidos: “Dios no se ha olvidado de ustedes”
v.2-5. “Y cuando salió él
de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un
hombre con un espíritu inmundo,que tenía su morada en los
sepulcros, y nadie podía atarle, ni aun con cadenas.
Porque muchas veces había sido atado con grillos y
cadenas, mas las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y
desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar.
Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces
en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras”
La
situación de este hombre era desesperante. Un hombre atormentado por
demonios que vivía en medio de una sociedad egoísta y mala. Este
hombre necesitaba la ayuda de la gente, pero esta gente sólo pensaba
en su bienestar. Dice la Biblia que estas personas en vez de
ayudarlo, lo ataban hasta con cadenas, es cierto que ponía en
riesgo la seguridad de ellos, pero también es cierto que no hicieron
nada más para ayudarle. Vivía apartado de su gente y sin esperanzas
de cambio en medio de un pueblo que prefería atarlo ante que
ayudarlo.
Cuanto
parecido hay entre la historia de este hombre y nuestra realidad.
Muchas veces preferimos olvidar o apartarnos de aquellos que han sido
presos por el pecado y por la influencia del enemigo. Es mucho más
fácil atarlos con nuestras críticas que ayudarlos con nuestras
oraciones y nuestro amor cristiano. Muchas veces pensamos sólo en
nuestra conveniencia y comodidad antes que en la desgracia de nuestro
prójimo.
Si
Cristo se hubiese apartado de nosotros por ser pecadores, nadie se
hubiera salvado. No debemos buscar excusas en nuestras necesidades,
para olvidar a aquellos que necesitan más que nosotros.
v.6-10, 13a “Cuando
vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él.
Y clamando a gran voz, dijo: ¿Qué tienes
conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no
me atormentes.
Porque le decía: Sal de este hombre,
espíritu inmundo.
Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y
respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos. Y le
rogaba mucho que no los enviase fuera de aquella región... Y
luego Jesús les dio permiso. Y saliendo aquellos espíritus
inmundos, entraron en los cerdos”
Cuando
hablamos de un endemoniado lo primero que esperamos es una conducta
irracional, anormal, pero nos sorprende saber que “se arrodilló
ante él” y llamaron a Jesús “Hijo del Dios Altísimo” . Aquí
tenemos una actitud de adoración y reconocimiento de la divinidad de
Jesús de parte de los mismos demonios, enemigos de Dios y de su
pueblo.
El Comentario de William
Hendriksen dice: “Aunque a veces los humanos hacen todo lo que
pueden para negar la deidad de Cristo, no ocurre así con los
demonios; nótese el Maestro recibe un título sublime de parte del
portavoz de los espíritus inmundos que moraban en aquel hombre. ¡Le
llama nada menos que Jesús, “Hijo del Dios Altísimo”! Y
exactamente esto era y es Jesús”
Que
diferentes solemos ser los hijos de Dios a estos demonios. Podemos
decir que en este pasaje hay dos cosas que debemos imitar de ellos.
La adoración al Cristo, el reconocimiento de que no hay nada más
grande que nuestro Dios y la obediencia. Muchas veces somos tan
irreverentes y desobedientes al Señor. Hacemos muchas cosas sólo
porque creemos que es bueno o simplemente porque nos gusta y nos
olvidamos que le debemos adoración y obediencia a Dios en todas las
áreas de nuestra vida.
¿Cómo
está mi vida de adoración y obediencia a Cristo? ¿Prefiero hacer
mi voluntad o la voluntad de Dios? ¿es mi vida un testimonio de fe y
buenas obras?
v. 11-13 “Estaba allí
cerca del monte un gran hato de cerdos paciendo.
Y le rogaron todos los demonios, diciendo: Envíanos
a los cerdos para que entremos en ellos. Y luego Jesús les dio
permiso. Y saliendo aquellos espíritus inmundos, entraron en los
cerdos, los cuales eran como dos mil; y el hato se precipitó en el
mar por un despeñadero, y en el mar se ahogaron.”
Muchos
ateos y agnósticos critican esta parte del evangelio por la actitud
que tuvo Jesús. ¿Qué justificación ética hubo para que Jesús
permitiera que a estos animales les sucediese algo como esto?”
El Comentario de William
Hendriksen dice:“¿Fue justo que Jesús permitiese a los
demonios destruir tantos bienes, es decir, privar a sus propietarios
de tan grande cantidad de pertenencias materiales?”. A la reflexión
fundamental acerca de la soberanía de Dios, debe añadirse también
que Jesús autorizó esta pérdida para ayudar a los propietarios.
Pero esto les serviría de ayuda sólo si estaban dispuestos a
aprender la lección debidamente. Aquellos propietarios y en general
la gente de aquella comunidad eran egoístas. En su escala de
valores, la adquisición, retención y multiplicación de las
posesiones materiales ocupaban un lugar muchísimo más alto que la
liberación y restauración de un hombre sin libertad, sin felicidad,
sin amor, y sin nadie que se preocupase por él. El endemoniado era
un esclavo, desgraciado, odiado y abandonado. De ahí que para ellos
era necesaria esta lección.”
Dios
es soberano, esto significa que tiene toda autoridad para disponer de
su creación de acuerdo a su santa y sabia voluntad. Job descubrió
que la perdida que tuvo al principio le trajo mas grandes bendiciones
al final. A veces no entendemos al momento algunos eventos, sólo el
tiempo y la fe nos dan la explicación que necesitamos.
¿Fue
justo que Jesús permitiese a los demonios destruir tantos bienes, es
decir, privar a sus propietarios de tan grande cantidad de
pertenencias materiales?
Comentarista Luis de Miguel: “El Señor les permitió que fueran a los cerdos, pero cuando éstos se precipitaron por el despeñadero y murieron, esto causó una grave pérdida a sus propietarios. Algunos han cuestionado la actitud del Señor por esto. Pero en este caso, como en muchos otros, se acusa injustamente al Señor de aquello que realmente hizo el diablo. Recordemos que el Señor sólo les dio permiso para ir a los cerdos, él no hizo nada más. Fue Satanás quien destruyó los cerdos”
Muchas
atribuimos a Dios eventos que realmente son responsabilidad del
diablo. Satanás busca robar, matar y destruir al hijo de Dios. Es un
enemigo implacable y nunca perdona una oportunidad de hacernos mal,
pero nuestro Todopoderoso Señor y Dios, siempre utiliza la maldad de
nuestros enemigos y nuestra propia maldad para bien. “Todas las
cosas ayudan a bien, a los que son llamados dentro del propósito de
Dios” nos recuerda Romanos 8:28.
Aunque
vengan males, en Cristo, siempre serán para bien; si aun no ha
llegado el bien, es que aún no ha terminado la obra de Dios.
v.
14-17 “Y
los que apacentaban los cerdos huyeron, y dieron aviso en la ciudad y
en los campos. Y salieron a ver qué era aquello que había sucedido.
Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y
que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal;
y tuvieron miedo. Y les contaron lo que lo habían visto, cómo le
había acontecido al que había tenido el demonio, y lo de los
cerdos. Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos.”
Los
que cuidaban los cerdos habían sido testigos del encuentro entre
Jesús y el endemoniado y también de la perdida de los cerdos.
Después de haber visto esto fueron a dar aviso a toda la gente de
esa región. Cuando la gente vino vieron dos cosas: el hombre
liberado y a muchos cerdos muertos. Las personas debían tomar una
decisión... ¿qué era más importante? La liberación de este
hombre o la perdida material que sufrieron algunos.
Podemos
ver por la reacción de la gente que ellos estaban más interesados
en lo material que en la vida de ese pobre hombre. El precio de
conocer a Jesús era muy alto para ellos y prefirieron que Jesús se
alejara. Muchas veces cuando seguir a Jesús va a costarnos las cosas
que queremos, preferimos no seguirle.
El Comentario de William
Hendriksen dice: ¿Cuántas veces, incluso en nuestro día y
época, no se ha repetido este mismo incidente? La gente está
ansiosa de escuchar la historia de Jesús y de su amor ... ¡siempre
y cuando no se insista demasiado en las implicaciones del evangelio
en la vida y conducta diarias, porque esto sería desagradable e
inquietante!
¿Cuanto
estamos dispuestos a perder en esta vida con tal de estar a los pies
de Jesús?
La
petición del hombre.
v. 18-20 “Al
entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba
que le dejase estar con él. Mas Jesús no se lo permitió, sino que
le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes
cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de
ti. Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes
cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban.”
Era
lógico que aquel hombre salvado por Jesús quisiera seguirle. Cada
uno de nosostros sentimos el mismo deseo desde aquel día que
conocimos a Jesús. El Señor siempre ha pedido a todo que lo sigan
pero en esta ocasión es diferente... Jesús no le permite a este
hombre seguirlo. ¿Cuál es el motivo?
El
verdadero seguidor de Cristo no sólo se compromete a llevar una vida
diferente, sino que también debe ser un misionero. La misión es
compartir con todos lo que Jesús ha hecho en nuestras vidas.
Uno
puede decir que sigue a Jesús pero nunca ha hablado a otros de
Cristo ha hecho en su vida. Esta actitud no es la que espera el Señor
de nosotros.
El
Comentario de Mathew Henry dice:
El
hombre proclamó jubilosamente las grandes cosas que Jesús había
hecho por él. Todos los hombres se maravillaron pero pocos lo
siguieron. Muchos que no pueden sino maravillarse por las obras de
Cristo, no se prendan de Él como debieran.
Debemos
vivir con la misión de compartir las Buenas Noticias con todas la
personas que conocemos, ellos a su vez también harán lo mismo. No
basta con admirar a Cristo, debemos también predicarlo. Hagamos
nuestra parte y el Señor hará la suya en la salvación de los perdidos.