sábado, 10 de diciembre de 2011

¿Convicción o emoción?

Como seres humanos poseemos estas cualidades: las emociones y las convicciones, además de muchas otras más, pero hoy quiero reflexionar sobre estas. 
Entendemos por convicción que es la idea religiosa, ética o política a la que se está fuertemente adherido y puede guiar nuestras decisiones, así también están las emociones que son la alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática y que también pueden influir en la dirección de nuestras decisiones.
Ahora bien, no podemos negar que ambas influyen en nuestra forma de percibir lo que nos rodea e influyen, ya sea, positiva o negativamente en las decisiones cotidianas que tomamos y que debemos de saber bien a quien es que vamos a darle la mayor preponderancia en el momento decisivo.
Una persona que no tiene convencimiento de la valía de su trabajo, fácilmente se dejará llevar por lo que pueda dictarle su corazón. Podría menospreciarse o sobrevalorarse y ambas posturas son perjudiciales.
Si no estás convencido de que lo que estás haciendo es bueno, fácilmente te dejarás llevar por las críticas que puedan surgir en tu contra, ya que éstas, generaran un malestar emocional que querrás sofocar dejándote llevar por la corriente favorable.
¿Pero qué es mejor? ¿Dejarnos llevar por lo que sentimos o por lo que creemos que está bién?
La Biblia nos dice lo siguiente respecto a este dilema: "El hombre de doble ánimo, es inconstante en todos sus caminos" (Stg 1:8) Nuestro ánimo puede cambiar de la noche a la mañana, pero nuestras convicciones deben de ser firmes.
Todo aquel que vive guiado por sus emociones será inconstante en todo lo que emprenda, en cambio aquel que domina sus emociones y es fiel a lo que cree, no tendrá mayores problemas.
La madurez se refleja por medio de nuestro carácter, fruto de lo que creemos y no de lo que sentimos.

domingo, 22 de mayo de 2011

¿A que nos debe llevar el conocimiento?

Es una pregunta que quizá alguna vez nos hicimos, quizá después de una larga sesión de estudio, o después de haber participado de una pesada jornada de capacitación y nos sentimos cansados y reflexionamos sobre el propósito de todo el conocimiento que hemos adquirido.
Si conoces este versiculo que se encuentra en Eclesiastés 1:18 "Porque en la mucha sabiduría hay mucha angustia, y quien aumenta el conocimiento, aumenta el dolor", tal vez lo que llegues a pensar sobre el conocimiento no sea muy agradable.
En este pasaje Salomón pone énfasis en dos tipos de sabiduría en el libro de Eclesiastés: (1) el conocimiento, razonamiento o filosofía humanos y (2) la sabiduría que proviene de Dios. En estos versículos Salomón está hablando acerca del conocimiento humano. Cuando el conocimiento humano deja fuera a Dios, sólo saca a relucir nuestros problemas debido a que no puede proporcionar las respuestas sin una perspectiva y una solución eternas de Dios.
Pero nosotros que conocemos la perspectiva de Dios y sabemos que su sabiduría proporciona las respuestas necesarias y útiles para esta vida y para la eternidad, debemos de estar seguros que todo el "dolor" que puede proporcionarnos el conocimiento humano, que nos hace darnos cuenta de su total miseria e incapacidad de seguir lo bueno, debe animarnos no a dejar de conocer, sino a hacer algo que pueda colaborar para que estas miserias humanas puedan encontar solución en Dios. El Señor nos llama "colaboradores suyos". Debemos honrar este título colaborando por medio de la predicación de su Evangelio, por medio del amor que podamos demostrar por las personas que tienen necesidades, sean creyentes o no, por medio del servicio que podamos hacer primeramente en nuestras familias, en el trabajo, , en los estudios, en la iglesia, y en nuestra comunidad.
Todo el conocimiento que has adquirido no debe llevarte a tener una perspectiva pesimista de la vida, sino que debes de pensar en que forma puedes, por medio de tu vida cristiana, hacer algo positivo a favor de los que te rodean.

Luchando contra la ansiedad - Bosquejo de Sermón

¿Ansioso? Texto: Mateo 6:25-34 Introducción          La ansiedad significa “estado emocional desencadenado por la anticipación ...